miércoles, 5 de octubre de 2011

CON QUIEN TANTO QUERÍA MIGUEL

ELEGIA A RAMÓN SIJÉ

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha
muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería.)

. Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

. Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

. daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

. Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

. No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

. Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

. .Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

. No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

. En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta

. Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.

. Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte

. Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera

. de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

. Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

. Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

. A las aladas almas de las rosas...
de almendro de nata te requiero,:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
 
                                     (1 0 de enero de 1936)

MIGUEL HERNÁNDEZ  Y SERRAT

1 comentario:

  1. Detengan los relojes
    desconecten el teléfono
    denle un hueso al perro
    para que no ladre
    Callen los pianos y con ese
    tamborileo sordo
    saquen el féretro...
    Acérquense los dolientes
    que los aviones
    sobrevuelen quejumbrosos
    y escriban en el cielo
    el mensaje...
    él ha muerto.

    Pongan moños negros
    en los níveos cuellos de las palomas
    que los policías usen guantes
    de algodón negro

    Él era mi norte mi sur
    mi este y oeste
    mi semana de trabajo y mi
    domingo de descanso
    mi mediodía, mi medianoche
    mi conversación, mi canción

    Creí que el amor perduraría
    por siempre.
    Estaba equivocado.

    No precisamos estrellas ahora...
    Apáguenlas todas
    Envuelvan la luna
    desarmen el sol
    Desagüen el océano y
    talen el bosque
    porque de ahora en adelante
    nada servirá.

    W.H. AUDEN - Funeral Blues

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