miércoles, 10 de julio de 2013

RECORDANDO A JAVIER TOMEO

Se fundió con el mar el pasado 22 de junio a los 80 años un ilustre aragonés, Javier Tomeo, admirador de Goya y de Buñuel.
Reproduzco a continuación uno de los cuentos de su libro Bestiario, titulado "Gigantes o molinos".

HIJO: Padre.
PADRE: Dime. 
HIJO: (Alargando el brazo y señalando el horizonte). Mira aquel molino. 
PADRE: ¿Dónde tú ves un molino?
HIJO: Allí. 
PADRE: Aquello no es un molino, hijo. 
HIJO: ¿Qué es entonces?
PADRE: Un gigante. 
HIJO: ¿Un gigante? 
PADRE: No hay duda.  Fíjate bien.  Ahora está quieto oteando el paisaje.  Pero dentro de un momento se pondrá a caminar y a cada zancada avanzará una legua. 
HIJO: (Tras un intervalo de silencio). Padre.
PADRE: Dime. 
HIJO: (Con voz compungida). Yo no veo que sea un gigante. 
PADRE: Pues lo es. 
HIJO: ¿Un gigante con puertas y ventanas? ¿Un gigante con tejas y aspas? 
PADRE: Un gigante. 
HIJO: (Tras una pausa). Padre. 
PADRE: Dime. 
HIJO: Yo solo veo un molino. 
PADRE: ¿Cómo?  ¿Un molino? 
HIJO: Sí, un molino, el mismo de siempre. 
PADRE: (Con voz grave). Tomás.
HIJO: ¿Qué? 
PADRE: (Volviendo lentamente la cabeza y mirando en derechura a los ojos del hijo). Me preocupas. 

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