Los dioses nos abandonan a veces, pero luego vuelven.
No se puede vivir sin entusiasmo.
Pero no hablo de Alá, ni Buda... ni siquiera de Zeus,
hablo de la divinidad sin más, así, en femenino.
¿Por qué?
¿Y por qué no?
Hay gentes que te la acercan, en tarritos que no vemos,
la acercan porque la llevan dentro.
Otros, fanáticos, defienden banderas y templos.
Pero nunca la sintieron, ni lo harán.
En cambio, cuando el entusiasmo habita las almas,
como una golondrina tenaz,
que recuerda su camino,
todos los nidos que esperan, de fibra y barro,
abandonan el absurdo, recuperan el sentido.
ETIMOLOGÍAS:
RECORDAR: RE (OTRA VEZ), CORDIS (CORAZÓN): volver a pasar por el corazón.
ENTUSIASMO: «en», «theou» y «asthma», que significan juntas «soplo interior de
Dios», es decir, estar habitado por los dioses, por "Zeus", por la divinidad,
esa sensación bellísima que mueve las cosas buenas del mundo.
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