miércoles, 14 de diciembre de 2011

VIENTOS, CAMINOS, NUBES, CUERPOS

Unos cuerpos son como flores,
otros como puñales,
otros como cintas de agua;
pero todos, temprano o tarde,
serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden,
convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un
hombre.

Pero el hombre se agita en todas direcciones,
sueña con libertades, compite con el viento,
hasta que un día la quemadura se borra,
volviendo a ser piedra en el camino de nadie.

Yo, que no soy piedra, sino camino
que cruzan al pasar los pies desnudos,
muero de amor por todos ellos;
les doy mi cuerpo para que lo pisen,
aunque les lleve a una ambición o a una nube,
sin que ninguno comprenda
que ambiciones o nubes
no valen un amor que se entrega.

LUIS CERNUDA

7 comentarios:

  1. Es un poema a la desaparición, a la no perdurabilidad más que en el polvo, en el amor. Como el poema de Quevedo, tan conocido: "Amor constante más allá de la muerte"

    Cerrar podrá mis ojos la postrera
    Sombra que me llevare el blanco día,
    Y podrá desatar esta alma mía
    Hora a su afán ansioso lisonjera;

    Mas no, de esotra parte, en la ribera,
    Dejará la memoria, en donde ardía:
    Nadar sabe mi llama el agua fría,
    Y perder el respeto a ley severa.

    Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
    Venas que humor a tanto fuego han dado,
    Médulas que han gloriosamente ardido:

    Su cuerpo dejará no su cuidado;
    Serán ceniza, mas tendrá sentido;
    Polvo serán, mas polvo enamorado.

    Sólo que Cernuda es más pesimista: "sin que ninguno comprenda [...]" Quevedo afirma "mas tendrá sentido", que debería ser suficiente. Es fácil sentirse así, y decir cosas como "nadie comprende...", pero lo cierto es que el fuego arde en cada corazón, y aunque algunas hogueras son más silenciosas que otras, también resplandecen, centellean, queman. También com-prenden. Cuanto más conozco mi corazón más conozco todos los corazones, y ninguno he visto que fuera hielo o nada, aunque lo parezca. En todos habita una flor perfecta, hay una lámpara encendida y una vasija. Y en todos -lo sé bien porque los he visto casi todos- participa tarde o temprano la primavera, la de verdad.
    Da sentido...

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  2. Cernuda, por su homosexualidad, en una España cerril y cateta en la que le tocó vivir, es normal que hable de la incomprensión.
    Pero yo sí tengo la sensación de que poca gente comprende de veras lo que es importante. El gregarismo es cómodo y ciega.

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  3. Yo también creo que, en general, todavía no comprendemos lo que es de veras importante, y de lo importante qué es lo fetén, usando un término castizo, ¡porque nos pondríamos a ello rápidamente! Pero, ¿acaso cuando alguien dice "no comprendéis" está siendo justo consigo mismo? ¿Además, es más importante que los demás se esfuercen en comprenderme que yo en conseguir expresarme?
    Es mi sensación con este poema. Su "aunque ninguno comprenda" tiene verso propio, y me parece fácil. El fuego convierte a una piedra en un hombre, aunque luego se marche con ese fuego, volviendo a parecer piedra, un lugar sin vida, "impenetrable"... Es una imagen poderosa, y capto la belleza -da igual que sea homosexual- de esa "quemadura", de veras. Pero al final la hace sucia, estéril, casi amargada, porque desaparece, aunque perdure en el polvo, en el amor. Y es porque lo deja así, que se borre. Quizás es por cómo percibo mi vida, pero no me arrepiento de ninguna de mis cicatrices. Quizás lo he leído mal, pero es que ese verso me mata. Prefiero la confirmación de las quemaduras de Quevedo "serán ceniza, mas tendrá sentido", la reivindicación del fuego que arde en mí, no necesitar que arda también en los otros para que tenga sentido, ni sentirme incomprendido.
    Para mí, el amor es un fin en sí mismo...

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  4. La palabra se transforma, dependiendo de quién la interprete.
    Yo entiendo que lo verdaderamente importante, precisamente, es el amor en sí mismo, y no cosas superficiales (ambiciones y nubes)
    Los hombres dejan de ser piedras cuando se enamoran, pero el amor es eterno mientras dura, así que regresan a ser piedras cuando acaba.
    Él ni siquiera es piedra, sino el mismo camino, el amor continuo, el verdadero amor, que sabe amar, incluso, al que lo pisa, al que no distingue, ciego y gregario, lo que vale la pena. Quien consigue eso tiene un tesoro incalculable.

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  5. Y el soneto de Quevedo es extraordinario. Por supuesto!

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  6. 01000101 01101100 00100000 01100001 01101101 01101111 01110010 00100000 01100100 01100101 00100000 01100011 01100001 01101101 01101001 01101110 01101111 00101100 00001101 00001010 01100100 01100101 00100000 01100011 01100001 01101101 01101001 01101110 01101111 00100000 01100001 01101100 00100000 01100001 01101101 01101111 01110010 00101110 00001101 00001010 00001101 00001010 01101000 01110100 01110100 01110000 00111010 00101111 00101111 01100010 01101100 01101111 01100111 01110011 00101110 01100100 01101001 01110011 01100011 01101111 01110110 01100101 01110010 01101101 01100001 01100111 01100001 01111010 01101001 01101110 01100101 00101110 01100011 01101111 01101101 00101111 01100010 01100001 01100100 01100001 01110011 01110100 01110010 01101111 01101110 01101111 01101101 01111001 00101111 00110010 00110000 00110001 00110001 00101111 00110001 00110010 00101111 00110001 00110100 00101111 01110100 01101111 01110000 00101101 00110010 00110100 00101101 01100100 01100101 01100101 01110000 00101101 01110011 01110000 01100001 01100011 01100101 00101101 01110000 01101001 01100011 01110100 01110101 01110010 01100101 01110011 00101101 01101111 01100110 00101101 00110010 00110000 00110001 00110001 00101111 00001101 00001010 00001101 00001010

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  7. Una imagen hechizante...y preciosa...

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