El tiempo se detiene y ya no importa
frente a frente siento tu sutil miedo
se trata sólo del quiero y no puedo
vana cobardía que lejos exporta
besos dulces, la piel que reconforta
la epicúrea luz que te concedo
mirarte el alma y ver que en ti me quedo
cuidar de tus cuchillos que sí cortan.
Mi miedo se parece tanto al tuyo...
que el reflejo en el espejo me calma.
Entre la Idea y la sombra, el alma
alzada sin el peso del orgullo.
Se detiene el tiempo, puede que sí importe
El reflejo de esa estrella es el norte.
domingo, 4 de noviembre de 2012
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