domingo, 12 de junio de 2011

NERUDA DE NUEVO

El viento es un caballo:
óyelo cómo corre
por el mar, por el cielo.

Quiere llevarme: escucha
cómo recorre el mundo
para llevarme lejos.

Escóndeme en tus brazos
por esta noche sola,
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.

Escucha como el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.

Con tu frente en mi frente,
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.

Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.

EL VIENTO EN LA ISLA

4 comentarios:

  1. Hoy llegó un viento pronosticado.
    Tiernamente le esperaba. Mientras veo a Céfiro, de brunos cabellos, cómo perfuma los últimos nubarrones que regalar a su amada, Iris va recolectando reflejos como siempre, los tallados en piedra, y los que saltan donde ocurren los ríos. Después saludarán al recién llegado, y jugarán a despedirse con un tañido de trueno, una porción de lluvia, y un gesto de colores suspirados, amplio y celeste.
    Hoy le cederán el trigo junto a la amapola, y los días que han ido dilatando a fuerza de alargar tallos de narcisos que los soportaran, tejer las sombras en los enredos de la vid, y mecer las espigas como sonrisas en las atochas. Le darán las llaves de la planicie, los peines del mar y un listín con los nombres de cada árbol, de cada brizna y retama.
    Éste viento, caluroso y pachón, vino a traerme un recuerdo tuyo: llega desde el sur bien informado. Nada me agradó más que verle sacudir una bolsa de caza donde se había guardado los sonidos de tu risa y un rumor de agua de la Fuente de la Jarra. ¿Sabes? La tengo en mi regazo. No la suelto. Y no me la merezco, pero me la quedo. Le miro de reojo y pienso que ojalá no esté muy ajetreada Santa Rita...

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  2. Ζέφυρος alado, viento portador de aromas, flores y frutos.
    Y de palabras.

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  3. A Céfiro lo tengo calado. Es un dicharachero. Un portador de amores. A Eros le sirvió muy bien cuando éste se enamoró de Psiqué, escenificando con ellos uno de los mitos que mejor simbolizan las posibilidades humanas.
    Pero Noto tiene otros humos. En algún sitio lo temen como Siroco y Ostro. ¡Creo que voy a pedirle ayuda a Santa Rita, y más aún: a Santa Bárbara!
    ¡¡¡La mochila ahora es mía, por Tutatis!!!

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  4. Me dice Aquilón por email que adjunte ésto:
    "Yo también lo pienso. A veces noto que Noto se da demasiados aires. Está como henchido de orgullo, y nos va inflando las narices tanto engreimiento, tanta vanidad y desaire. Vaya un petulante. Como se pase de listo... le aliviamos un soplamocos, que esto no es África y aquí no puede aventarnos un Simún, qué se cree. Además no sabe cantar, éso que emite son hálitos perezosos. Me tiene frito, con lo que yo oreo...¡que yo peino canas! Si es que, quien siembra vientos, en fin ya se sabe. Un saludo, Bélula."
    Los vientos nos favorecen, jeje

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