jueves, 1 de marzo de 2012

NADA. TODO: TIERRA. AGUA. AIRE. FUEGO.

Esta noche mis manos lloran duelo
tengo sed de que me aromes la piel
de fundirme contigo tengo sed.
Hoy quiero refugiarme en tu majuelo.

Mi caricia perdida coge vuelo
y mis labios cabalgan a tu miel.
Siente cómo eres fiel y te soy fiel
al ascenso cuerpo y alma hasta los cielos.

¿Y acaso no es amar girar sin descanso?
¿No es el cuerpo nuestro medio a los sueños?
Pero hoy busco de la paz un remanso
porque mis manos no tienen dueño*.
Y lloran duelo.

*Nadie pertenece a nadie, es una manera poética de expresar una emoción.

2 comentarios:

  1. "Y lloran duelo."
    Hummmmm... Es un broche precipitado, pero me gusta. Muy de nictonauta, ajajá. Voy a tener que hacer un nuevo homenaje en el blog para ti, ¿eeeeh?
    Estoy de acuerdo con lo de nadie pertenece a nadie. Incluso cuando nos marchemos dejaremos aquí el cuerpo. Nuestras manos son herramientas prestadas; y cuanto más vacías, más fecundas. Si se llenan de caricias, de paisajes... pero si se llenan de anhelos, de duelo... sí. Me gusta mucho este poema tuyo.

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  2. Cierto...la falta de aliento para acabar de decir...

    Qué hermoso adjetivo: fecundas.
    Tal vez sólo sea el camino marcado en los genes, el egoísta anhelo de la supervivencia...

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