Allá donde fuere o vaya.
Don de aquí, don de ahora,
don de soy.
Y adentro, lo siento,
y más adentro todavía,
donde creía ser solo yo.
Y más, más allá de todo,
de cualquier nombre o idea,
o antes y después de mí,
de todo lo que sea,
de cada cosa manifestada.
Tú, Amor, Tú...
Siempre bienvenido.
Don de Amor, dónde,
sólo Tú,
donde Dios es Dios.
Bendito seas.
JOSÉ ANTONIO LORENZO
Mi más sentido agradecimiento, Bel.
ResponderEliminarA mi madre le ha gustado mucho el poemita, y también la música de Ludovico Einaudi. ¿La escuchaste? Es el sonido de un insinuante resplandor al alba de la primera mañana de la primavera... Una promesa.
Jo, esta es una situación confusa. Comentarte es comentarme... Hummmmmmm... Puedo decir que me llena de alegría coincidir contigo.
;)
Beso!
Tú tienes permitido decir lo que quieras aquí, hombre!
ResponderEliminarA mí me ha encantado, aunque siento decirte que no he podido disfrutar de la música; ya sabes que mi batalla con las máquinas es continua; aunque, viniendo de ti, no dudo de su calidad. No todos los hombres que conozco tienen tu sublime sensibilidad.
Enhorabuena, para mí es un orgullo postearte: nivel supremo!